miércoles, 19 de octubre de 2011

LA REVOLUCION LLEGA A JALPA

Antes del 20 de noviembre de 1910, el Coronel Manuel F. Santibáñez pasó de Moyahua a Zacatecas, con treinta y tres conjurados que dicen pensaban levantarse el mencionado día. No pasaba de ciento cincuenta hombres la fuerza de caballería que traía, condiciendo los presos a caballo y con toda clase de atenciones y comodidades. Venían presos don Camilo Estrada, Padre del Licenciado don Roque y del general don Enrique del mismo apellido, Don Crispín Robles Villegas, don Magdaleno Romero y su hijo Gabino, don Sebastián Prieto y otras personas distinguidas.



C) MANUEL AVILA TOMA JALPA.

A Jalpa tocó conocer los primeros revolucionarios, el día ocho de marzo de 1911, consistentes en treinta y seis hombre mandados por Manuel Ávila, que se había levantado en Tabasco el día tres del mismo mes con los humos del alcohol “porque había sido soldado de García de la Cadena “ Esta fecha es rigurosamente exacta porque se gravó en él animo del pueblo, cuando un vate dijo que dicho día – “entraron los pronunciados,
En pelo y muy bien armados,
Con unos mosquetes viejos
Y unos sables oxidados.”
En la tarde se retiraron llevándose el dinero de las oficinas públicas, y en el mismo mes, procedentes del cañón de Tlaltenango, y al frente de más de doscientos hombres, Venia Luis Moya, Manuel Caloca, y Casimiro G. Monrás, mejor organizados y pertrechados, permanecieron dos o tres días al cabo de los cuales dicen, que se concertó el asalto a Zacatecas que tuvo lugar el Domingo de Ramos. A la salida para el Cerro del Santuario, moya permitió a Monrrás, dar una “toreadita” a los federales que se acercaban por el camino de Juchipila. Ese día fue cuando corrió la primera gota de sangre dentro del municipio, y según la musa popular, fue el primero de abril cuando por la tarde se trabó el primer tiroteo en la Mesa de Tropeleras, sin que se pudieran apreciar las bajas de uno y de otro bando, Monrás solo llevaba cuarenta hombres y con ellos dio prueba de un valor temerario, pasó el último de sus soldados para el cerro en ancas de un caballo de su asistente, y dicen que aún habiéndole matado su corcel, rodilla en tierra y su asistente un lado esperándolos, se propuso detener al enemigo mientras sus compañeros avanzaban en retirada. Los federales enterraron los muertos en la noche y según las mañanas quedaron “pilas de chacos quemados”. Las excavaciones no fueron encontradas después tal vez haya sido porque nadie las procuró, pero en 1956 sobre el extremo norte de la Mesa, lado oriente del camino real y como a ciento cincuenta metros de éste, un labrador, al hacer un hoyo para sentar el puntal del jacalito que deseaba construir para vivir la temporada de trabajo, se encontró con huesos humanos y de esa manera fueron exhumados dos cadáveres que se creyó datan de aquella época.
Al siguiente día como entre ocho y nueve de la mañana los federales, fuertes en más de cuatrocientos hombres entre caballería e infantería, entraron por diversos rumbos de la ciudad y los revolucionarios, formados y montados desde la ceja del cerro los observaban. Ambas fuerzas estuvieron a la vista más de dos horas, en que Moya. Dicen que dicho Jefe era un Teniente o Coronel, pero nadie conoció su nombre.
Luego vinieron los convenios de Ciudad Juárez, el interinato de De la Barra y la entrada de don Francisco I. Madero a la Presidencia de la Republica. Volvió a levantarse Ávila contra Madero siendo secundado por Evaristo Oropeza en el Municipio de Nochistlán, pero ambos fueron batidos por las fuerzas leales y nuestro municipio solo presenció un encuentro de Manuel Ávila con la federación en la comunidad de Tenayuca mpio. De Jalpa, sin que los vecinos puedan precisar el nombre del Jefe Federal que batió a Ávila, con quien andaba ya un jalpense conocido, don Teófilo Valdovinos.
En 1913, sacrificado Madero se levantó en Juchipila el día primero de abril don Crispín Robles Villegas, quien una sola vez estuvo en esta ciudad con ese carácter, sin hacer depredación. Luego sucedió lo de siempre, que los indisciplinados degeneran en gavillas y aún hasta en salteadores de caminos, y en julio del mismo año llegó Antonio Piedad con un puñado de forajidos saqueando comercios y haciendo vejaciones que podía, así estuvo una segunda vez en que el cura don Juan Ibarra esta en el Santuario. Sabedor Piedad que tenía dos caballos buenos, se los mandó pedir y el cura se resistió a dárselos.
Piedad se fue y el cura bajo a la ciudad donde dijo que se iba debido a que lo perseguirían por no haber entregado los caballos, más los moradores estaban también alarmados porque “unos cuantos diablos venían, nos nalgueaban y nos robaban”, por lo que le dijeron al cura que no se fuera, que se iba a constituir una “Defensa Social” sin color, solamente para conservar el orden y la paz pública.
Así comunicaron al gobierno que se habían constituido, pidiéndole armas y parque. También comunicaron a los Jefes Revolucionarios más cercanos. Crispín Robles Villegas, J. Trinidad Cervantes, Pánfilo Nátera. El Gobierno contesto cordialmente, pero se creía que Jalpa era Maderista por haber muchos partidarios de la “No Reelección”. Los jefes revolucionarios contestaron que cuándo pasaran por el municipio respetarían vidas y haciendas, dando aviso cuando se necesitara su tránsito y hasta dijeron que si de sus fuerzas se desmembraba algún contingente que entrase al municipio haciendo depredaciones, lo batieran.


D). SE ORGANIZA LA DEFENSA SOCIAL EN JALPA.


Se nombró como Jefe de Armas al Presidente Municipal, don Primitivo Rentería, “El güero Primitivo” como le decían, hombre bien hecho, alto, blanco, picado de viruela, ojos azules, maduro y muy enérgico. Era también muy respetado porque llevaba una vida muy ejemplar u varias veces había dado muestra de un valor a toda prueba. Este gran ciudadano, alguna falla había de tener, y entre otras fue muy caprichudo, nadie lo podía sacar de su error cuando en él caía. En Nochistlán estaba constituida otra Defensa a favor del Gobierno, por lo que las dos corporaciones prometieron desde luego ayudarse mutuamente.
Los de Nochistlán tenían destacados catorce hombres en las Cruces, lugar donde vivían estos defensores al mando de Mateo Saldívar, Antonio Figueroa, que sé habían desprendido de las fuerzas de Robles, se vino rumbo al norte por el respaldo de la Sierra de Tlachichila haciendo atrocidades hasta llegar al Santuario el día dieciséis de septiembre. Estábamos defendidos por la muralla del río crecido, pero Saldivar junto con Jesús Sandoval (a El nino) en la noche los sitió dejándole solamente la salida de las peñas, entablándose la lucha antes del amanecer el diecisiete.
Al oírse en Jalpa el tiroteo, salió Rentería con doce hombres que pudieron vedear el río en Santa Clara, para dar auxilio a Mateo. Eran treinta y dos individuos afortinados en las casas y la capilla, mas al llegar el auxilio el cerco se fue estrechando hasta que Figueroa se redujo únicamente a la capilla. A la una de la tarde lo desalojaron con bombas de dinamita que hacía Rafael Ruiz, “El Meco” y corriendo entre las breñas cayeron uno a uno, otros se deslizaron por las peñas, Figueroa entre ellos, quedo en la primera del Santuario a este lugar, diciéndose que J. Félix Magallanes le dio el tiro de gracia. De los compañeros de Figueroa solamente uno escapó, se llamaba Pedro Iglesias y era natal de aquí, prófugo de la justicia por haber cometido dos homicidios; mas Manuel Sánchez “El Toro Jacales”, lo alcanzó el mismo día en la tarde en el arroyo de Botas y allí lo sacrificó. Como dato sorprendente cabe consignar que ni los de Zaldívar pero ni los de Jalpa, hubo siquiera un herido. (Según algunas gentes de Jalpa si hubo un muerto llamado Plutarco) .

UBICACIÓN GEOGRAFICA DEL MITICO CERRO DEL MIXTON. A Decir verdad nos encontramos ante una búsqueda...