viernes, 10 de febrero de 2017

La antesala de la Cristiada en Valparaíso, 1923-1927.
Por Oliverio Sarmiento Pacheco
Cronista de Valparaíso y docente de la UAZ.
Introducción

En este modesto trabajo no voy a hablar de la fase armada que nació en 1926 y duró hasta 1929 teniendo como cuna mi municipio en aquel 22 de agosto; tampoco hablaré de la segunda parte que fue de 1933 a 1936 conocida como la segunda Cristiada o “Rescoldo”, y  mucho menos de la tercera que nació en 1940 y culminó en el 41. Quiero centrarme en eso que pocas veces se ha dicho: del conflicto de intereses entre los gobiernistas y el clero católico, en el que los primeros pretendían afianzar al Estado Revolucionario para emprender las Reformas emanadas de la Revolución y se inscribían en la  constitución de 1917 y por otro, de la complicidad del Clero con el Estado para, de varias maneras, buscar detener la aplicación de las mismas
Con base a ello, iniciamos diciendo que ese fue el parte aguas para la organización de tres sectores que se enfrentarían: por un lado la Iglesia y sus prosélitos, los creyentes y fanáticos católicos; por el otro el gobierno con sus pobres peticionarios de tierra y que se convirtieron en su carne de cañón para lograr imponer la visión de estado que pretendía desde un principio el Grupo de sonora que comenzó a organizar al país desde 1920 hasta 1934.
También busco enfatizar que el movimiento tuvo como causas la inconformidad que le generaron a la Iglesia los artículos tercero, 27, 123 y 130 constitucionales. Fueron usados los fanáticos y los agraristas para dirimir la lucha por el poder.  A los primeros la Iglesia les dijo que el gobierno quería quitar la religión y por eso habían cerrado los templos. A los segundos les dijeron que los cristeros se oponían a la aplicación de justicia emanada de la revolución. Y, tanto la Iglesia Mentía, como el segundo porque ni era cierto que el gobierno cerró los templos, ni tampoco fue cierto que el gobierno quería repartir las tierras.
El trabajo se compone de cuatro apartados. Y comienza con un breve recorrido de las relaciones entre Estado e Iglesia. El segundo trata del efecto de la Revolución y Constitución en el municipio; el tercero de las implicaciones del movimiento de Adolfo de la Huerta en Valparaíso, el cuarto se centra en las causas que motivaron la guerra y la relación de los principales jefes cristeros con el problema de la tierra y de su visión de la Revolución.

El contexto de las relaciones entre el Estado y la Iglesia.

Hoy es un día muy especial para la historia de Valparaíso. Y no sólo porque hablaremos de un movimiento que tuvo su raigambre en este valle de la Purísima concepción, sino porque este evento quedará registrado para la historia de hoy a cien años. En que se abra la cápsula del tiempo.
Hablar de la cristiada es aún muy arriesgado y temerario porque aunque inició en agosto de 1926, o sea hace 90 años, aún viven familiares que participaron en el bando de los defensores de la religión católicos y de Cristo Rey y eran llamados los cristos, los cristeros y a sus dirigentes – esto es, los sacerdotes nombrados faldillones- y en el bando del gobierno que eran llamados callistas, gobiernistas o agraristas.
            A estas fechas, no obstante el progreso de los medios de comunicación y de la fácil interacción con las informaciones del mundo, en el momento, no han impedido que la gente de Valparaíso sea en su mayoría católica y su dependencia al padrecito o al señor cura sea muy grande.
            Valparaíso, cuya ubicación geográfica es al occidente del Estado, a 150 kilómetros de la capital, estuvo por muchos años relacionada con tres tipos de personajes: el presidente municipal y junto con éste con el comisario; con el patrón pues por muchos años las haciendas fueron el único, o en su mayor parte, y superior agente que estaba por encima de su autoridad y, además, éste personaje era el que les daba empleo o tierras para sembrar en aparcería, de modo que la relación era directa; finalmente, el sacerdote quien, en poder llegaba a disputar con el hacendado. Aunque en la mayoría de los casos el poder real lo tenía el propietario de las tierras y de él dependía tanto la autoridad como el sacerdote, se daba una unión de complicidades entre los tres tipos de personas. Ejemplos al respecto podrían ser múltiples pero solo mencionaré que en plena época liberal de Benito Juárez cuando las leyes de Reforma provocaron una guerra y una confrontación de varios sectores sociales, en Valparaíso los presidentes municipales tanto del Valle como de San Mateo, se coaligaban con los sacerdotes para firmar la adhesión a Maximiliano de Habsburgo; o bien en 1874 cuando Lerdo de Tejada subió a rango constitucional las Leyes de Reforma y exigió a las autoridades de todos los niveles  que las juraran so pena de recibir castigos entre ellos la remisión a la prisión. En los mismos lugares (San Mateo y Valparaíso) fueron recluidos a la cárcel municipal tanto los presidentes como algunos regidores y encargados de las funciones públicas.
            Entre más era la lejanía de los poderes centrales como la gubernatura respecto a las poblaciones del Estado, la forma de lograr la gobernación era la concesión del poder a las élites locales. De modo que antes, durante y posteriormente a la Revolución era muy común que las élites se mantuvieran unidas entre sí y cambiaban de filiación según el gobierno estatal. Así el gobierno tanto federal como estatal logró apaciguar los años convulsos heredados al porfirismo como el conflicto entre la iglesia y el Estado o entre los pobladores que aspiraban a ciudadanos y los hacendados.
            Muchos hacendados proponían las autoridades de sus propiedades a los presidentes municipales y como éstos eran de la élite política como los terratenientes, pues no tenían inconveniente en aceptar. Así pasó con los comisarios de San Mateo, San Antonio de Padua, Astillero, San Agustín, San Juan Capistrano. Todos ellos llevaban la bendición de su patrón pues muchos de ellos eran trabajadores de las haciendas ya fuera como “Labradores” o como sirvientes. Era muy raro que un peón lograra ser autoridad comunitaria.

La Revolución y su efecto en Valparaíso, 1910-1917.

Los años convulsos de la vida municipal no empató con lo que sucedía en el plano estatal ni nacional pues en el Municipio el rescoldo villista fue tal que todavía a mediados de 1921 los estertores de la lucha armada se dejaban oír. Eso sí, los eventos nacionales era como chispas en la pradera del Valle de Valparaíso puesto que de inmediato se levantaban en armas para defender al gobierno revolucionario o bien al que cuestionaba a la autoridad constituida.
            El municipio, después de Pinos, fue el municipio que más haciendas tuvo, fueron 14, aunque algunos ranchos fueron declarados como tales, especialmente aquellos que pertenecían a hacendados, como Tejuján de los Felguérez; Milpillas de los Quintanar; Acatita o Terrero de los Soto Valle; o incluso el ranchito de Atotonilco, que siendo un rancho se administraba como si fuera una hacienda pero no dejaba de ser un pequeño predio que no pasaba las 700 hectáreas.
 Eso explica que una vez concluida la fase armada y comenzada la etapa agrarista el sector de hacendados se coaligara entre si para defenderse. En esa unión estuvieron los miembros de la élite económica y política del valle. Muchos eran comerciantes y algunos más rancheros.
            La Constitución del 1917 fue el elemento que unió tanto a los hacendados como al clero y en sus patas se llevaban a las autoridades que formaban esa clase política mencionada. Los hacendados no sólo se enfrentaron al gobierno en cuanto al artículo 27 que hablaba de la nacionalización de la Tierra y de la expropiación por utilidad pública. También se defendieron del gobierno estatal por el decreto de la ley agraria del 20 de noviembre de 1917 que daba al Estado las facultades para promover el fraccionamiento de las grandes haciendas.
            Por su parte, la Iglesia que había sido lastimada con los liberales de Juárez y contentada con Porfirio Díaz, se vio amenazada por tres artículos principales: el Tercero que hablaba de que la educación sería a cargo del Estado; el 27 en que prohibía que las corporaciones religiosas podían tener bienes raíces, entre otras cosas y, finalmente el 130, que impedía la participación política de los sacerdotes y del clero. Allí, podemos decir que nace el movimiento contrario al Estado Revolucionarios que lograron formar y consolidad el Grupo de Sonora compuesto por Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles, Adolfo de la Huerta y Benjamín Hill.
            Aunque el gobierno de Venustiano Carranza fue opositor al clero, no lo fue de los hacendados pues en su gobierno logró detener, entre otros casos el decreto de Congregación para la hacienda de San Mateo que el Congreso del Estado erigió desde marzo de 1917. Y como este tipo de cosas implicaba dotar de tierras (de medio sitio de ganado mayor) a los habitantes para su gobierno, por lo cual decretó en 1919 que no era de dotarse ni de la categoría solicitada ni de las tierras que el representante de la Comisión Nacional Agraria –Carlos Macías- promovía para tal efecto.
            Cada movimiento político entre las fuerzas revolucionarias era aprovechado por los sectores contrarrevolucionarios (aclarar el término). Por ejemplo en el Estado la llegada de Enrique Estrada a la gubernatura fue hostil a ambos sectores: hacendados e Iglesia. Para ello utilizaron a los villista Justo Ávila y Teniente Coronel Julio Martínez quien, por su parte era el Jefe de la Guarnición sentada en Fresnillo y su radio de influencia estaba en la hacienda de Ábrego y su alcance era la de San Mateo, Milpillas, Sombrerete, Saín Alto, entre otros lugares. Incluso, como ustedes deben saber, él, por petición de Antonio Llaguno, dueño de la hacienda de San Mateo, en acuerdo del Presidente Rafael Torres expulsó la población de esa hacienda para que no se cumpliera el requisito del mínimo demográfico (500 personas).
            O bien, la participación que tuvieron los villistas en el detenimiento de la aplicación de las leyes agrarias, que hizo que tuvieran ocupadas a las autoridades en sortear los ataques que desde 1917 hasta 1920 hicieran a la población de la cabecera municipal y por los ataques a las vías de comunicación como caminos y correspondencia postal.
            Era necesario que los niveles de gobierno estuvieran comulgando con una sola decisión, pero la realidad mostró una divergencia de ideas, proyectos y de prácticas. Mientras los hacendados detenían con oposiciones y amparos los avances de las peticiones agrarias. Los gobiernos se coaligaban con ellos para ayudarles a acabar con las intenciones de los peticionarios de tierras. Sorprende, a manera de ejemplo, cómo en 1920 Julio Martínez le escribió un mensaje a Rigoberto Valdés y Valdés –ideólogo del agrarismo en el Valle- para advertirle que no anduviera alborotando a los campesinos de San Mateo, porque las tierras de riego estaban bajo su control.
            Al mismo tiempo las autoridades del municipio le promovían una demanda al mismo personaje agrarista por agravios y atentados contra la autoridad, según alegaron cuando Valdés se quejó ante las instancias correspondientes. Fue ese mismo año y se trataba de cuando Rigoberto se postuló para presidente municipal pero recibió varias quejas del fraude que se llevaba a cabo en San Juan Capistrano, San Antonio de Padua, Potrero de Gallegos y San Mateo. En éste último, el encargado de vigilar el proceso electoral era el hijo del administrador de la hacienda de nombre Santiago Pérez e Inocente Pérez, respectivamente. Y por consejos de su padre Santiago tuvo que renunciar fingiéndose enfermo.
            En San Miguel todo el personal de la hacienda promovía el voto en favor de José Colón pues él había sido trabajador de la ahí y, además, defendía los intereses de los del Hoyo.
            Desde 1917, los discursos de los sacerdotes en los púlpitos, era anatemizando a los peticionarios de tierras, diciendo que era pecado querer quitar los bienes ajenos. Y además pedían a las mujeres que no tuvieran intimidad con los maridos si éstos insistían en su pecado de solicitar las tierras. Podemos decir que con el decreto de la Constitución y de la ley agraria de Zacatecas fue cuando comenzó el movimiento que enraizaría con el enfrentamiento contra el gobierno.

La rebelión de Adolfo de la Huerta, antesala del movimiento cristero.

En Valparaíso prendió esta rebelión que fue el grito de protesta contra la rotación del poder entre los amigos Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles y, en ese tenor, fue como los sectores contrarrevolucionarios católicos y hacendados se agruparon con Adolfo de la Huerta quien se había atrevido a rebelarse contra el gobierno de Obregón quien se había empeñado en dejar el poder a Calles.
            Grandes personajes de la vida política y militar del Estado se aliaron a esa rebelión y arrastraron a otros caudillos del plano regional y municipal. Dice rubio que en Zacatecas la rebelión de Adolfo de la Huerta fue Estradista[1] pues el ex gobernador enrique había encabezado el movimiento arrastrando a Alfredo García, ex jefe de Operaciones Militares en el Estado. También llevó consigo al teniente coronel Julio Martínez quien tenía de su lado a Perfecto Castañón y a Pedro Quintanar[2].
            Eso agitó la región y del lado del gobierno de agruparon los líderes agraristas del Valle, entre ellos J. Jesús Talamantes y su hermano Epigmenio; Pedro Chávez, Rigoberto Valdés y Valdés, Porfirio Arellano, Francisco González, Manuel Gurrola, Juan T. Recéndez, Remigio Ávila y otros que cohesionaban a las defensas civiles de las comunidades principales.
            Ese movimiento fue apoyado fuertemente por la Iglesia y los hacendados pues para ese tiempo ya había un sindicato católico en la cabecera que hacía la oposición a los agremiados del Club Progreso y de la Asociación Progresista de Agricultores de Valparaíso (APAV). Eso fue entre diciembre de 1923 y marzo del siguiente año.
Cuando murió Julio Martínez entre los balazos que en Barranquillas se dieron los delahuertistas y los gobiernistas encabezados por Talamantes, encontraron un paquete de varios oficios entre los que había mucha correspondencia que reflejaba la connivencia entre un sector del gobierno estatal, los diputados, los hacendados y los seguidores de Julio Martínez. En la siguiente cita textual, yo haré acotaciones para decir la función de cada personaje del tipo que acabo de señalar.
El documento es un oficio que el presidente municipal Leonardo Recéndez Dávila le mandaba al General Brigadier Rosendo Rayas, Jefe de las Operaciones Militares del Norte del Estado y dice así:
A instancias de esta presidencia ha entregado el señor J. Clemente flores la documentación que en 15 fojas fue encontrada en el bolsillo del Rebelde Julio Martínez al caer herido de muerte en el combate efectuado en su contra el 18 del mes pasado por las fuerzas leales que comandaba los capitanes J. Jesús Talamantes, Jefe de las fuerzas de esta región y Úrsulo Pinedo de la gente armada de Jerez.
En dicha documentación se servirá usted ver perfectamente comprobado el hecho de que Federico M. Gutiérrez , vecino de esa ciudad de Fresnillo, y ahora con residencia en la de México como diputado Suplente de Francisco Ollivier, así como Francisco Ramírez y Manuel Felguérez y otros estaban en connivencia con el mencionado rebelde a quien le transmitían toda clase de noticias.
Me permito llamar a usted su atención muy especial en el hecho de que se desprende de la carta firmada por Gutiérrez, referente a estar telegrafiando al gobernador Moreno en nombre del rebelde, haciendo en creer al Ejecutivo que Martínez no era sino gente armada bajo las órdenes con el objeto de tener así gente armada bajo el pretexto para disponer de ella contra el gobierno mismo.
Tal cosa se desprende también de la carta que firma Manuel Felguérez y la que suscribe y otras personas que firman los demás documentos.
En resumen, era el objeto el desarmar a la gente defensora de este lugar valiéndose del doctor Moreno quien tuvo ligas sospechosas con Federico Gutiérrez, Manuel Felguérez y demás, puesto que casi obedecía rápidamente las indicaciones que en son de queja elevaba Julio Martínez, o más bien dicho, Federico M. Gutiérrez, quien tomaba el nombre del rebelde para ello pues siempre fue el alma intelectual de dicho Martínez.
Por lo tanto suplico a usted consignar tales documentos ante la autoridad correspondiente a fin de que se proceda con todo el rigor y oportunamente contra los enhenados (sic)[3] en el asunto rebelde encabezado por Julio Martínez  contra el supremo Gobierno legalmente constituido, suplicándole se sirva acusarme el recibo correspondiente para los efectos de ley.
Esta ocasión me proporciona el honor de hacer presente a usted mi atención y respeto.
Sufragio Efectivo. No reelección.
Valparaíso, marzo 7 de 1924.[4]

Derivamos los nombres que se mencionan en el documento:
1.    Clemente Flores, miembro de la Defensa de Valparaíso.
2.     J. Jesús Talamantes, Capitán que era Jefe de las fuerzas Irregulares y de las Defensas civiles del Municipio y, además, era el Presidente Municipal el 18 de febrero cuando se dio el enfrentamiento contra julio Martínez.
3.    Julio Martínez, teniente coronel que estaba al cargo de la guarnición del gobierno en la hacienda de Ábrego.
4.    Manuel Felguérez, hacendado de Valparaíso, dueño de las haciendas de San Agustín del vergel y de El Astillero.
5.    Francisco Ramírez, por muchos años administrador de la hacienda de San Juan de la Tapia y era cuñado de Rogaciano Felguérez, pues éste se casó con María Guadalupe Ramírez, ambos hijos de Antonio Ramírez y María del Refugio Miranda.
6.    Francisco Ollivier, había sido electo como diputado federal para la XXX legislatura federal pero fue muerto en marzo por apoyar a Adolfo de la Huera en su rebelión. Salió electo por el Distrito de Fresnillo.
7.    Federico M. Gutiérrez, había sido electo diputado suplente de Ollivier y radicaba en México conspirando contra el gobierno constitucional.
8.    Doctor Donato Moreno, Gobernador obregonista electo en 1920 y culminando su período gubernamental en 1924, pero fue hecho prisionero a mediados de febrero por haberlo considerado cómplice de la rebelión que encabezó Adolfo de la Huerta y que secundó enrique Estrada ey el ex Jefe de Operaciones del Estado Alfredo García.

Fue un movimiento que, hasta el momento agrupó a los habitantes del lado del gobierno pues en la región Valparaíso, los perjuicios que Martínez había hecho fueron rechazados. Pero se ha llegado a conocer que había varios implicados en la rebelión entre ellos entre los que se encontraban Rosendo Raya y Pedro Quintanar quien para el 18 de marzo ya se había amnistiado y había estado de acuerdo con Julio Martínez quien, a su vez, tenía mucho poder en influencia en el gobierno de Fresnillo.
            Así nos lo hizo saber Gregorio Mendiola, un guardia de la cárcel del lugar quien a mediados de enero había acompañado, por órdenes del Comandante de la cárcel para que acompañara en una comisión a Pedro Quintanar. Cosa que duró dos semanas y al regresar y reincorporarse a su trabajo se toparon con que lo estaban acusando de haberse involucrado con los sediciosos de Martínez.
            Mendiola, aseguraba que fue con el General Rosendo Rayas y que le dio un salvoconducto para sus movimientos pero de regreso ya no pudo salir de la cárcel pues de inmediato lo encarcelaron. Para sacarlo de la prisión era necesario que se presentara Pedro Quintanar como testigo de haber sido él a quien había acompañado Mendiola. Pero como no sucedió ninguna de las dos cosas, estuvo muchos meses, pues todavía el 25 de abril –poco más de dos meses de haberse sofocado la rebelión de Dela Huerta- lo tenían en la cárcel de Fresnillo.
            Por haber sido Valparaíso un escenario donde las fuerzas del orden habían participado y acabado la rebelión, fue beneficiado con algunas dotaciones de tierras, como a aquella en que se les dotó a la Villa de Valparaíso con 11 mil 564 hectáreas, siendo afectada la hacienda de  San Agustín con más de 9 mil. Por eso no era un tema de causalidad que Felguérez encabezara la defensa de las haciendas. Eso se dejó notar cuando se supo del fin de Martínez y Talamantes como rivales, en que llegó Manuel Felguérez (hijo de Rogaciano) con más de 500 hombres para defenderse y acabar con los líderes agraristas. Entre ellos andaban como cabecillas Pedro Quintanar, Reinaldo Cárdenas, alias “El Pecado”, Lauro Franco. Y como sabían que el movimiento agraristas estaba descabezado, fue cuando se armaron contra el gobierno que había sido partidario de la Reforma Agraria.
            La Iglesia y los hacendados tuvieron temor que hubiera represalias por su participación en la rebelión delahuertista. La inconformidad era grande, por eso aprovecharon la emisión de la Ley Penal de Plutarco Elías Calles para exigir se detuviera su aplicación y entre otras cosas realizaban complots contra la economía nacional y como en el plano zacatecano tuvieron problemas para elegir al gobernador sucesor de Donato Moreno, terminaron poniendo a Aureliano Castañeda, declarado partidario de las ideas eclesiásticas y de los hacendados.
            Mientras en esas estaban, Valparaíso acababa de salir de aquel diluvio que duró cerca de 35 días y los desastres eran mayores. Al mismo tiempo fue el año que la élite de gobierno municipal tuvo problemas porque cada diciembre se elegía nuevo ayuntamiento y había quedado para gobernar el de 1925 la planilla encabezada Rigoberto Valdés y Valdés pero por las presiones de un ingeniero que medía las tierras para ser fraccionadas llamado Enrique Sánchez Ortiz y Lauro G. Caloca, así como una parte de la élite del valle que se oponían a las ideas de Valdés, lo derrocaron en marzo quedando en su lugar Carlos González, pertenecientes al grupo simpatizante de los hacendados y de la iglesia.
            Ese mismo año fueron sorprendidos repartiendo propaganda entre la población de Valparaíso, a los sacerdotes Adolfo Arroyo, al mismo Mateo Correa y a Vicente Rodarte, Lucilo Caldera y Pascual Padilla. Algunos implicados muy fuertemente eran Manuel Luna. Por eso fueron recluidos a la cárcel de Santo Domingo. Por intermediación de varias instancias y con apoyo de personas importantes como la hacendada Luz Llaguno les mandaron alimentos y algunas otras cosas.
            Don Cipriano Piña, de la Calera de San Miguel, aseguraba haber oído varios sermones en el templo de Valparaíso y, entre lo que: “Yo recuerdo que una vez que mi mamá nos llevó a misa al Valle […] El cura del Valle era Mateo Correa, y esa vez que te digo que me llevó al Valle. El sacerdote les decía a las personas que echaran sus hijos a las tropas para defender a Cristo Rey.”[5]
Ya se cernía y se enrarecía el ambiente político pues se daban tres circunstancias: el decreto del código penal de Calles, el gobierno católico de Castañeda en Zacatecas y los conflictos político electorales en Valparaíso, así como el avance de la organización del sindicato de obreros católicos León XIII, la Asociación Católica de la Juventud Mexicana, y de la Liga Nacional de la Defensa Religiosa que ya se había constituido a nivel nacional enrarecían el clima socio político.
Es decir, también el año de 1925 fue de fuertes conflictos tanto al interior de la clase gobernante de Valparaíso, como de los sectores sociales que eran los adeptos a los bandos que, por un lado, eran los defensores del gobierno federal y, por el otro, los prosélitos del clero y los hacendados.
El año de 1926 no fue tranquilo, inició con la oposición de la planilla gubernamental de la presidencia dirigida por González a entregar el poder municipal a la que había ganado el primer domingo de diciembre anterior y que gobernaría todo el año de 1926. Al final de cuentas, al derrocar al gobernador Castañeda quien solo presidió la gubernatura dos años (1924-1925) fue sustituido por el también valparadisense Leonardo Recéndez Dávila. Gracias a éste fue como se pudo arrebatar el poder a los adeptos del clero y hacendados pues con Recéndez  quien había tomado poder el 2 de marzo de 1926 fue cuando se hizo el traspaso y la declaración de legal la planilla de Epigmenio Talamantes, ganador de las elecciones anteriormente.
Pero la moneda ya estaba en el aire y ya comenzaban a detener sacerdotes y líderes de las organizaciones clericales por oponerse a eventos cívicos y a boicotear el comercio en algunas de las ciudades importantes. Lo mismo, por haberse decretado por el supuesto oficial del cierre de los templos a mediados de 1925. Solo faltaba la chispa que incendiara la pradera. Esa fue la que, principalmente sucedió en Valparaíso en Agosto de ese mismo año.
Todos sabemos que fue en Peña blanca y recorrió Peñitas de Oriente, luego subieron por Maravillas a Viudas y sus dirigentes eran Aurelio Acebedo, Trinidad Castañón; los Pinedo dirigidos por don Basilio, el patriarca de ellos; Los Sánchez y por José Pasillas quien junto con Jesús Pinedo, fueron conocidos por “El par de ases”.
Fue hasta el 29 de agosto cuando se estrenaron los bandos rivales en la toma de Huejuquilla cuando se demostró la unidad que había establecido Aurelio Acevedo, líder intelectual de los cristos, y Pedro Quintanar, comandante en Jefe de los defensores de la Libertad religiosa pues en el Valle sólo se habían levantado en armas y no habían tenido enfrentamiento con las fuerzas gubernamentales.
             Por su parte, el gobierno ya había afectado las haciendas de Peña blanca, Lobatos, San Mateo, San Miguel, San Agustín del vergel y San Juan de la Tapia a través del fraccionamiento. De igual forma, pero por la vía de ejidos, a Cueva Grande, Lobatos y la cabecera. Ambas circunstancias les dieron a ambos bandos los argumentos y fuerzas para declararse la guerra. Así pasó y aunque ya había habido enfrentamientos armados en Aguascalientes, Juchipila y Jalpa, éstos fueron en forma aislada. No fue sino hasta el 22 de agosto cuando comenzó, de un modo más organizado y planeado en Valparaíso el 22 de agosto de 1920, teniendo el antecedes del 15 de agosto en Chalchihuites en el que los soldados asesinaron al Padre Luis Batís Ortega y el sacristán Manuel Morales, Salvador Lara Puente y David Roldán Lara. Acontecimiento en que Pedro Quintanar “por petición de los vecinos, dado su prestigio como hombre de bien” acudió a salvarlos y perseguir a los de la federación.
Allí comenzó la epopeya cristera (narraciones literarias sobre una serie de acontecimientos históricos de un mismo suceso).

Causas o mecanismos generativos y personajes por su filiación de la cristiada.

En primer lugar tenemos el “coraje” por parte de la  iglesia de la pérdida de poder en los procesos educativos; de las dificultades para disponer de riquezas como bienes raíces y, sobre todo, de lo difícil que resultaba poder participar en la vida política.
            Por pate de los hacendados, la arremetida de algunos gobernantes al reparto de tierras, como fue, para Valparaíso los fraccionamientos de las haciendas de Valparaíso, San Juan de la tapia, san Agustín, Astillero, Peña blanca, Santa Ana, Lobatos y San Mateo. Algunos ranchos como Tejuján, El Terrero (Gambuta) y Atotonilco.
            Por parte de un servidor, en otros trabajos hemos demostrado que la causa primordial del involucramiento en Valparaíso, fue el tema agrario pues si se revisa el perfil de los participantes en el bando cristero se tiene que los principales dirigentes tenían relaciones de clientela con los hacendados. Vayamos por partes.
            Según Cipriano Piña, hermano del líder que logró el reparto para la Calera de San Miguel, de San Miguel se incorporaron 22 trabajadores de la hacienda en defensa de las tierras de la “Curra” Amalia del Hoyo, mamá del Poeta Roberto Cabral del Hoyo, y quienes participaron la mayoría de los Bonilla, principalmente Francisco a quien le decían “el mechón”; de San Mateo se involucraron Jesús y Emeterio Blanco pues desde hacía años habían sido trabajadores de confianza en la hacienda. En San Agustín, destacan Los Francos, El Pecado -Reinaldo Cárdenas-; en Peña Blanca los rancheros encargados de administrar la hacienda que era propiedad de Herlinda Rivera viuda de Villalpando y que por haber sido afectada, para 1926 en tres ocasiones. De allí que los Pinedo fueran los que encabezaran el movimiento.
Por encima de ellos había tres personajes con alto grado de conciencia antigobiernista pues su formación era de arraigo a la vida ranchera y antirrevolucionaria. Por un lado Aurelio Acevedo, que había sido hijo de Fructuoso Acevedo, administrador de San Antonio de la Sauceda y de San José de Llanetes, pero había sido muerto por los villistas en 1913 cuando había ido a rescatar a Trinidad Rivas, su par a quien habían plagiado los revolucionarios. Por eso su rechazo a todo lo que oliera a revolución lo justificaba con su orfandad.
En el mismo sentido, en su vida ranchera había conocido la independencia y, a la vez, su cercanía con la Iglesia, pues había nacido en Potrero de Gallegos pero su actividad lo hacía migrar de un lugar para otro. Su fe religiosa fue unida a su rechazo al gobierno y a su espíritu de necesitar poco del gobierno, por ello no fue difícil convertirse en un líder nato contra el gobierno.
Por otra parte estaba Pedro Quintanar, quien ya había participado en todas las guerras. En 1913, cuando se dio la toma de Valparaíso por la gente de Pánfilo Natera, fungía como Jefe de guarnición en la cabecera. En marzo de 1914 se incorporó al ejército federal que defendía la plaza de la ciudad de Zacatecas como Capitán en la sección de guías llevando consigo a su hijo Ignacio con grado de Sargento. Éste fue muerto en Guadalupe cuando no logró escapar a Aguascalientes en su huida.
Formó parte de las Defensas Sociales que persiguieron a los villistas del Valle. A él le tocó estar en 1916 cuando le tendieron la trampa a Santos Bañuelos en la Purísima, por San Juan Capistrano y Santa Lucía. Eso sucedió después del 8 de marzo en que se incorporó a las fuerzas del carrancista Eduardo Hernández, quien a la postre se convirtió en el General que dirigió la Legión de Honor que formara parte de la fuerza dirigida por Francisco Murguía y que combinando fuerzas persiguieron a Francisco villa durante los años de 1916 a 1920. También simpatizó con el movimiento de Adolfo de la huerta en 1923 y 1924 y fue puesto en libertad en enero por órdenes de Julio Martínez. Se amnistió entre marzo y abril y se recluyó en su rancho de Escobedo perteneciente a Milpillas.
Su historia Familiar se enlazaba con los dueños de las haciendas de San José de Llanetes y Purísima de Carrillo pues su bisabuelo Juan Quintanar se había casado con Dominga Miranda, hermana de Manuel María Miranda Quien se casó con una señora de apellido Chávez y habían tenido a María Guadalupe y Manuel María Miranda. Estos hermanos se casaron con otros hermanos. La primera con remigio Zamora y el otro con Petra Zamora.
El papá de pedro, Antonio, se casó con Martha Zamora y allí le nació en parentesco y como los Miranda de San José de Llanetes eran primos hermanos de la esposa de Rogaciano Felguérez –María Guadalupe- no es difícil deducir que Quintanar, dado su prestigio militar y de hombre que había peleado en casi todas las guerras, se involucrara con las fuerzas de la Iglesia. Aunque hubo un periódico que anunció que Quintanar se había rendido porque había tomado las armas en estado de ebriedad, la revista David, asegura que solo fue para dar tiempo en que se armaran otras localidades en la defensa de la religión. Se sabe, además, que después de los arreglos en junio de 1929 en la hacienda de San José de Llanetes, Quintanar se fue a radicar a Chihuahua desilusionado por haber sido utilizado por el clero sin haber logrado nada.
Había un tercer personaje: Justo Ávila Cataño. Él era un veterano de la revolución Mexicana y, además, villista. Militó en las fuerzas de Santos Bañuelos y al quedar son su líder, decidió realizar las mismas acciones que su General Francisco Villa. Se trataba de debilitar al gobierno carrancista hasta triunfar. Por ellos soló la región occidente del Estado, especialmente Valparaíso, pues le dio más de tres ataques desde 1917, siendo el de mayor envergadura el del 18 al 21 de mayo de 1918.
Para pacificarlo, recurrieron a los mismo métodos utilizados con Francisco Villa: le dieron las tierras pertenecientes a tres haciendas: Chacoaco, Santana y Purísima de Carrillo. La cantidad sumaba más de 9300 hectáreas y se incluían los ranchos de Las Rusias, Jarillas, El Tular y Ciénega Grande. El pacto de cesión fue entre Justo Ávila y sus más de 40 seguidores, entre los que estaban sus hermanos Francisco; sus sobrinos Miguel y Remigio; uno de apellido Félix y su hijo Isidoro, se realizó en 1921 siendo gobernador el doctor Donato Moreno.
Dado el poder que adquiría Justo y, según las quejas de los vecinos en el sentido que se quería convertir en un tipo de hacendado el gobierno de  Aureliano Castañeda y luego Fernando rodarte, comenzaron a organizar a varios individuos que por motivo de las guerras se habían emigrado a Estados Unidos o a algunas ciudades cercanas, para que se organizaran y solicitaran tierras de las que disponía Ávila e instalaran colonias de agricultores. Así fue como nació la idea de impulsar la colonia “Fraternal” y la Benito Juárez. Y como cada vez los trámites avanzaban, fue como Justo vio en el movimiento cristero la posibilidad de involucrar a su gente en la defensa de sus tierras. Por eso fue involucrado hasta noviembre de 1927 cuando se veía amenazado su territorio. También se dice que no quería involucrarse, pero que fue atacada la gente que formaba su ejército y que por eso se vio envuelto en la vorágine cristera.
Como verán, hay mucho que decir. Por esta vez solo hacemos la introducción de un tema muy rico que no se agotará hoy y que en otro momento continuaremos aportando datos nuevos sobre este conflicto que tuvo su escenario en el Valle de Valparaíso, así como en el de Huejuquilla, principalmente.
Literatura consultada:
Luis Rubio Hernansaez. Zacatecas Bronco, 2010.
Oliverio Sarmiento Pacheco. Tierra Sociedad y Política en Valparaíso, 1826-1940”;
2013, tesis doctoral –está en prensa-.
Archivo Histórico del Estado de Zacatecas (AHEZ).
Archivo General de la Nación (AGN).
Archivo del Registro Agrario Nacional (ARAN).
Archivo del Departamento de Fraccionamientos rurales (ADFR).
Hemeroteca de la Biblioteca “Mauricio Magdaleno” en la Ciudad de Zacatecas.
Copias de cortesía de colegas cronistas como José Manuel de la Riva Esquive, de 
Saín Alto y de José Arturo Castillo Ramírez de Río Grande.
Entrevista a Cipriano Piña, vecino de la Calera de San Miguel.


Jalpa, 27 de enero de 2017.







[1] Rubio Hernansaez, Luis. Zacatecas Bronco. Introducción al movimiento cristero en Zacatecas y norte de Jalisco. 2010.
[2] AHEZ; Fondo Revolución; Serie, post revolución; “Denuncia por su apresamiento en enero a abril de 1924”.
[3] Enhenar. “Cubrir o proteger con heno”. http://dle.rae.es/srv/search?m=30&w=enhenar
[4] Cortesía de Esquivel de la Riva, José Manuel, Cronista adjunto de Saín Alto, Zacatecas.
[5] Cipriano Piña, entrevista enero del 2006.





jueves, 9 de febrero de 2017

 PRIMER  FORO DE HISTORIA SOBRE EL MOVIMIENTO CRISTERO

Lugar Auditorio Municipal “J. Isabel Robles”. Día Viernes 27 de enero.
PROGRAMA:
10:00 HORAS. INAUGURACION DEL FORO.
10:30 TEMA: INICIO DEL MOVIMIENTO CRISTERO EN ZACATECAS.
PONENTE: DR. OLIVERIO SARMIENTO. (CRONISTA DE VALPARAISO)
11:00 LA CRISTIADA EN EL MUNICIPIO DE CALVILLO.
PONENTE: JESUS SANTOS ESPARZA. ( CRONISTA DE CALVILLO ).
11:30 TEMA LA CRISTIADA EN JALPA Y SU INFLUENCIA EN EL CAÑON DE JUCHIPILA.
PONENTE: PROFR. HECTOR PASCUAL GOMEZ SOTO. CRONISTA DE JALPA.

12:00 TEMA “EL DIARIO DEL SR, CURA HERCULANO CABRAL.
PONENTE: FRANCISCO SANDOVAL ORTEGA  (CRONISTA DE TABASCO ZAC.)
12:30 VIDEOCONFERENIA CHEMA GTZ. POR OSCAR REL BISNIETO DEL GENERAL.
1:00 CONCLUSIONES POR EL MODERADOR LIC. ARNULFO MOJARRO.

PONENCIAS:



SE REANUDA EL CULTO RELIGIOSO EN TABASCO (1929)
Por fin vinieron los llamados "Arreglos" que si bien dieron fin al problema religioso que ensangrentaba al país, fueron también la trampa para asesinar cobardemente a todos los cristeros que fiados en unas falsas promesas depusieron las armas y quisieron dedicarse a la vida privada en sus mismos lugares donde vivieron los primeros años de sus vidas. Lamentable error que pagaron a tan alto precio.
Con motivo de la cesación de hostilidades vino la reanudación del culto a fines de junio de 1929 en casi todas las principales ciudades del país y sucesivamente se fue haciendo otro tanto en el mes de julio y agosto del país; sin embargo en Tabasco fue posible hacerlo hasta el mes de agosto por razón de que habiendo sido retirado del curato el señor cura Don Alejo Anaya, no fue sino hasta el día 12 de dicho mes cuando la Santa Mitra de Zacatecas nombro para cura de Tabasco al Pbro. José Herculano Cabral, quien se dispuso a salir de la ciudad episcopal, pero para esto,  nada mejor que transcribir literalmente lo que en esa época de escribió por la docta pluma del escritor Don Manuel Martínez García en su obra titulada "LA VUELTA DE CRISTO" que en su página 67 dice: El día 16 de agosto de 1929, el pueblo de Villa del Refugio tuvo la feliz noticia de que muy pronto, ese mismo día, se reanudarían los cultos.  Apenas sabida la noticia todos los vecinos se propusieron organizar el recibimiento de su Párroco lo mejor posible, y al efecto contrataron la pequeña banda de música del pueblo y en gran número, los fieles salieron a las orillas del pueblo a recibir al Sr. Cura D. Herculano Cabral que fue el designado por la Autoridad Eclesiástica para hacerse cargo de aquella parroquia. Cerca de las cuatro de la tarde hizo su entrada al pueblo el Sr. Cura, siendo muy agasajado por los vecinos y recibiendo muchas felicitaciones tanto por su llegada, como por la felicidad con que había sorteado los peligros durante la persecución. A las ocho de la noche le fue entregado el templo parroquial por el Presidente Municipal, y desde luego se fijó el día siguiente para la recaudación del culto público.
Al llegar el Padre Cabral a Tabasco en unión de diez vecinos se presentó (el día 16) al Presidente Municipal don Rodolfo V. Ruíz para gestionar la entrega de los templos y del Curato y al efecto, y sin dificultad se levantó un acta que fue suscrita por los Sres. Rodolfo Ruíz Secretario; Valeriano C. Torres, Pbro. Herculano Cabral, Los Sres. Isidro Flores, Laureano Soto, Francisco Ruíz, Zenaido Hernández, Francisco Velazquez, Juan Hernández y José Solís. Miembros de la Junta Vecinal encargada de los templos. (Acta sentada en el libro de Bautismos abierto por el Sr. Cura Cabral con motivo de apertura de los cultos religiosos).
El día 17, el templo presentaba hermosísimo aspecto, pues durante la noche fue aseado y adornado por los fieles, y a las ocho de la mañana se verificó la ceremonia de la reconciliación (nueva bendición) y acto seguido se celebró la primera misa. Este acto fue conmovedor, haciendo la multitud patente su regocijo aclamado a Cristo Rey, a su Madre Santísima, Nuestra Señora de Guadalupe y a los héroes y mártires de la pasada lucha. Durante todo el día estuvo expuesto a la pública veneración el Santísimo, y en la tarde se rezó un rosario solemne y terminó con una procesión con el Divinísmo. las muestras de alegría que dio el pueblo fueron signo elocuente de la arraigada fe de sus corazones, pues no obstante que Villa del Refugio fue uno de los teatros de lucha, habiendo sufrido lo indecible durante la persecución, habiendo visto morir a algunos de sus moradores, entre ellos un obrero humilde llamado Benigno Tadeo, que era grabador verdaderamente notable, pues sin estudios ni casi ningún conocimiento, había logrado construir una pequeña imprenta con la que se mantenía y daba de comer a sus pequeños hijos, haciendo grabados en madera verdaderamente notables; pues bien, este humilde obrero fue muerto sólo porque se le acusó de ser simpatizador de los defensores de la libertad.
Fco. Javier Sandoval Ortega    Cronista de Tabasco, Zac,
Mártires del Rancho de Guadalupe Por Elieser Márquez Vela, Cronista Municipal El Plateado de Joaquín Amaro, Zac. A través de la microhistoria se descubre la particularidad de cada pueblo, de aquello que lo hace único y diferente a los demás. La historia particular de un pueblo, del cual se cuenta la historia, pero siempre tejida con esa historia que muchos conocemos o desconocemos en determinada medida que es la historia general de México. El tema de la Revolución en México ha sido abundantemente estudiado; pero temas como el conflicto cristero en menor proporción. Se requiere de un estudio bien fundamentado y reflexivo para la comprensión del movimiento. El fenómeno cristero, fue el enfrentamiento armado entre las autoridades del Gobierno y grupos de soberbios que defendían las ideologías religiosas católicas. “Es, sin lugar a dudas, una historia integral de uno de los momentos más críticos de la Revolución mexicana. Es, por otra parte, más que historia: es un magnifico análisis interdisciplinario”.1 Luis González y González. La siguiente colaboración es una investigación sobre el deforme movimiento cristero, y para dar un vistazo al conflicto bélico en El Plateado de Joaquín Amaro, fueron consultadas varias fuentes, que se basan en documentos como el archivo Antonio R. Vela y de la Crónica Municipal; testimonios, y memorias de personajes que constituyen la historiografía municipal. En esta región la Cristiada arrojo una gran cantidad de muertos, dos terceras partes de ellos pertenecientes a la población civil y que, por lo mismo, más que víctimas 1 Sinopsis contraportada. Jean Meyer, La Cristiada, 1- la guerra de los cristeros 2ª edición. 2 de la guerra fueron masacrados tanto por los grupos de fanáticos, como por las fuerzas federales. Hay que observar la estrecha interdependencia entre líderes sociales y maestros rurales, hermanados en esa lucha secular del pueblo por un nivel de vida humano y el acceso a los beneficios de la educación. Varios maestros rurales desfilan por el paisaje de El Plateado, entre ellos, María Rodríguez Murillo, la mártir de Huiscolco y a quien, viva, la arrastraron a cabeza de silla, le desprendieron los senos y, la dejaron abandonada en el monte todavía con vida. Personajes como Pedro Raygoza Villegas, que fue uno de los iniciadores de la lucha por el reparto de tierras. En 1925, acompañado de otros dos compañeros del rancho de La Calera, representó al municipio de El Plateado en la Asamblea Constituyente de la Federación Sindicalista Mexicana, asamblea realizada en Jerez Zacatecas. 2 1924. Pedro Raygoza Villegas. En 1926 Raygoza Villegas comienza a promover un grupo de personas, para hacer la solicitud de dotación de ejidos en el municipio de El Plateado y en la Hacienda de Santiago, Tabasco Zacatecas. 3 A 90 años de años de los levantamientos de la Cristiada, que se realizaron entre el 28 de diciembre de 1926 y el 10 de enero de 1927, en Jalpa, Tenayuca, Calvillo, Villa del Refugio, El Plateado y Villanueva.4 2 Caja 2. Documento 235, Archivo Antonio R. Vela 3 Caja 3. Documento 1, Archivo de la Crónica Municipal. 4 Jean Meyer, La Cristiada, 1- la guerra de los cristeros 2ª edición. Pág. 127. 3 A finales de 1926 en el Rancho del Capulín de la municipalidad de El Plateado, fue asesinado J. Guadalupe Gálvez por un grupo de cristeros, le desplantaron los pies y lo colgaron de un encino, su delito: sospecha de ser protestante. El terrateniente Miguel Márquez Macías se puso en contacto con el Jefe Cristero Teodoro Rodríguez, haciéndole saber que Raygoza lo quería despojar de sus tierras y pertenencias. El 15 de marzo de 1926, Pedro Raygoza fue perseguido y aprendido por el jefe cristero, fue rescatado por sus amigos Refugio y Pascual Flores.5 Este mismo día fue asesinado el Presidente Municipal C. Jesús Frausto de 22 balazos, por un grupo de hombres altamente fanatizados. Todo el año de 1927 y 1928 no funciono la Agencia Fiscal de El Plateado, 6 por la presencia de grupos de gavillas de rebeldes fanáticos. J. Reyes Ortega y Agapito Pérez Aguayo fueron asesinados por un grupo de cristeros, el jefe de éstos, con la punta de un puñal, grabó su nombre en la piel de los cadáveres, su delito ser partidarios del reparto de tierras y miembros de la Defensa Rural. Abril 27 de 1926, Pedro Raygoza es nombrado Presidente Municipal de El Plateado.7 1927. Pedro Raygoza Villegas 5 Caja 3. Documento 2, Archivo de la Crónica Municipal. 6 Caja 3. Documento 15, Archivo de la Crónica Municipal. 7 Libro 4 de fierros de herrar, Archivo Municipal. 4 El Gobierno de El Plateado era constantemente sitiado, y al no poder defenderse y proteger las garantías de los archivos del municipio, por carecer de armamento; en septiembre de 1927, se trasladaron las oficinas y archivos al Rancho de Guadalupe, ya que ahí se podrían defender mejor, con la ayuda de los vecinos y por la cercanía al Rancho del Carrizal Jalisco, porque ahí estaban establecidos los Agraristas. No obstante al saber que se encontraban en la cueva del lobo, en tierras del terrateniente don Miguel Márquez Macías. Raygoza solicitó armamento y parque al Gobierno militar, le fueron concedidas y entregadas por el Gral. Quintero, en la hacienda de Víboras, Tepetongo, Zac. el 16 de septiembre de 1927.8 Don Pedro Raygoza, sabiendo que sus enemigos no tardarían en venir a saquear las oficinas municipales, mando construir en los pretiles de la casa, varios fortines de adobe para a facilitar la defensa. Octubre 15 de 1927. Al amanecer, los agraristas al mando de Pedro Raygoza y los cristeros al mando del Cura José Cabral, se enfrentaron en la Mesa Alta, en El Plateado; los combatientes eran 25 por ambas partes, a las 10 de la mañana huyeron los agraristas, se cree les hicieron varias bajas, pero llegaron los refuerzos, 40 agraristas del Carrizal, viéndose obligados los cristeros a retirarse.9 El 4 de noviembre, después de un combate entre Cristeros y Fuerzas Rurales de El Plateado, una gran cantidad de cadáveres quedaron abandonados en la hoy conocida Barranca de los Muertos y en el Cerro del Muerto. Enero de 1928 se prendió la guerra, los federales y los agraristas querían acabar con todos los cristeros… por los ranchos todo el mundo se levantó, al paso de la federación; saqueaba, robaba, violaba e incendiaba el bosque y los pastizales para que los caballos de los cristeros no encontraran nada que comer.10 8 Caja 2. Documento 236, Archivo Antonio R. Vela 9 Caja 3. Documento 3, Archivo de la Crónica Municipal. 10 Mariano Azuela, Los de abajo. 5 Por su parte los cristeros amedrentaban a la población a la voz de <> quemaban casas, asaltaban, violaban a las mujeres y secuestraban a las niñas de las rancherías. 22 de enero de 1928 a las 5:00 de la mañana. En unión de los jefes cristeros, D. Lucas López, Candelario Villegas y el Cura José Cabral, por un número de 350 cristeros. Atacaron y sitiaron al Rancho de Guadalupe, donde estaban establecidas las autoridades de El Plateado. 11 Se encontraban en el fortín, Pedro Raygoza Villegas, Pedro Pérez Lamas, Lorenzo Pérez, Ángel Aguayo, J. Cruz Márquez, Teófilo y Prisciliano Álvarez, estos dos últimos huyeron cuando el combate daba inicio. 1927. Pedro Pérez Lamas. Secretario de la Municipalidad de El Plateado. En el Rancho de Guadalupe se hizo fuerte el Presidente Municipal con 4 hombres. Únicamente cinco hombres entablaron aquella desigual lucha, que no obstante sabían que estaba pérdida, su gran patriotismo y su madera de hombres íntegros, les hizo pensar que era preciso luchar hasta quemar el último cartucho o morir. A las 7:00 de la mañana ofrenda su sangre el primer mártir, cae acribillado por las balas rebeldes el sr. J. Cruz Márquez. 11 Caja 3. Documento 4, Archivo de la Crónica Municipal. 6 Las defensas Rurales de El Plateado al mando del Capitán Primero de Caballería, Antonio R. Vela,12 no se encontraban en la Municipalidad para hacer frente a los cristeros. Testimonios indican todo lo contario, debido al ver llegar los refuerzos de los cristeros de 850 hombres; las Fuerzas Rurales con un número reducido apenas de 40,13 no emprendieron lucha alguna. Al medio día, con una parte de los cristeros continuó la lucha desigual, el resto rechazó el auxilio que venia del Carrizal, Jal. con 500 jinetes entre federales, rurales y agraristas14, poniéndolos en fuga hasta el mismo rancho que abandonaron para seguir rumbo a la Sierra de Morones, después de sostener por 3 horas un tiroteo, que les hicieron 34 muertos y heridos. Se les recogió un estandarte, sellos y algunas cosas más. Se les quemaron tres casas en el Carrizal. Por parte de los cristeros tuvieron 27 bajas, 20 heridos gravemente y 25 heridos levemente. Fueron trasladados a Tabasco, Zac. y sepultados en el panteón del lugar.15 Pasan las horas, la tenaz resistencia de los valientes defensores del fortín continúan atrincherados, los cristeros mandan a un vecino del lugar, de nombre Hipólito Aguayo a llevar un mensaje al Presidente Municipal. El mensaje era: que les pedían la rendición, obligándose a su vez a respetar sus vidas a cambio de entregar el armamento, el parque, el dinero y los archivos. La respuesta fue: de que no accederían a la rendición. A las 3:30 de la tarde, el fuego sigue con más energía por ambas partes. Los defensores no tienen esperanzas, no obstante el crecido número de sitiadores, no pueden tomar el fortín. 5:00 de la tarde, las municiones de los defensores comienza a terminarse. Los sitiadores comienzan a acercase y prenden fuego a la puerta de la casa, se propaga las llamas a los muebles, los archivos y el techo amenaza por venirse abajo. 12 Caja 2. Documento 237, Archivo Antonio R. Vela 13 Caja 3. Documento 10, Archivo de la Crónica Municipal. 14 Caja 2. Documento 239, Archivo Antonio R. Vela 15 Caja 3. Documento 5, Archivo de la Crónica Municipal. 7 Aquellos valientes son obligados a rendirse. Ya desarmados y sin una sola bala en sus fusiles, fueron hechos prisioneros, Don Pedro fue llevado ante su madre, la Señora Ma. Luisa Villegas, para que le diera la bendición y para que se despidiese de sus hijos. Posteriormente son llevados a pie, a punta de golpes e insultos por medio rancho en escarmiento a los pobladores. Los presos solicitan agua y les fue concedida, bebieron en una pila que era para dar agua los animales, junto a la casa del Sr. Juan Solís que les proporcionó unos jarros de barro. Después los condujeron frente a la casa de Don Miguel Márquez, para que diera fe de los prisioneros; el Sr. Márquez horas antes se había ido a su casa, que tenía en Jalpa, Zac.16 Son trasladados al corredero en el potrero de nombre La Palangana, muy cerca de la laguna El Zoyate, donde estaban acampados los jefes cristeros; propiedad de Don Miguel Márquez Macías. El cura José Cabral les dice a los prisioneros: hagan examen de conciencia, porque los voy a confesar, ya que tienen que morir. A lo que respondió don Pedro, yo no me confieso con usted, pues a usted lo veo como un monstruo, si usted estuviera en su templo, cumpliendo con su ministerio, tal vez lo haría; yo estoy bien con Dios y él está bien conmigo. “Dentro de poco yo seré un cadáver y usted el zopilote”. 17 6:00 de la tarde, aquellos hombres que solamente trataron de defender la integridad del Gobierno y sus archivos, fueron formados y pasados por las armas.18 Cayeron inertes en aquella tierra que reclamaban, que legalmente les pertenecía, aquella tierra que tanto amaron. El viento invernal de aquel Valle de Juanacatic recogió el último gemido de los mártires y lo llevo a todos ámbitos de la región, para que a su eco, otros hombres terminaran la obra que ellos comenzaron. Y como 16 Caja 3. Documento 6, Archivo de la Crónica Municipal. 17 Testimonio de Pedro Raygoza Villegas, antes de ser fusilado. 18 Testimonio de C. Cirilo Raygoza Flores hijo de Pedro Raygoza y de los pobladores del municipio. 8 última protesta el sol avergonzado de tanta injusticia y tanto dolor, hizo pintarse de sangre las nubes por un momento y después cubrió de luto todo el valle. Los cuerpos de aquellos mártires, quedaron postrados junto aquel corredero, que quizá en algún momento de sus vidas, fueron a caballo a degustar del arte de la coleadera y la charrería. Corredero Lagua El Soyate. Los cuerpos quedaron tendidos en aquel lugar por dos días, el miedo cundía por el valle. El cura amedrentó a los fieles a presentarse a velar. Días después, por órdenes del cura mandó a que sepultaran los cuerpos, quedó prohibido que se dijera el lugar exacto en donde fueron sepultados en la fosa común. En oficio del Ejecutivo del Estado informa que el C. Pedro Raygoza Villegas, Presidente Municipal de El Plateado murió peleando heroicamente contra los rebeldes fanáticos y solicita se declaren desaparecida las Autoridades 9 Municipales19 , que venían funcionando en el Rancho de Guadalupe como cabecera provisional del Municipio de El Plateado. 13 y 14 de febrero de 1928, Francisco Bañuelos, Gobernador Constitucional Interino del Estado Libre y Soberano de Zacatecas y la H. Diputación Permanente de la XXX Legislatura Constitucional del Estado Libre y Soberano de Zacatecas, en nombre del pueblo se han servido el siguiente Decreto número 65: Artículo Único.- En uso de las facultades que a esta H. Diputación Permanente concede la facción VII del artículo 40 de la Constitución Política del Estado, declara que han desaparecido las Autoridades Municipales de El Plateado que venían funcionado en el Rancho de Guadalupe20; y a fin de reestablecerlas, de conformidad con la disposición legal invocada, pídase al Ejecutivo Local la terna respectiva. El 16 de febrero en Decreto número 69, la XXX Legislatura del Estado y en cumplimiento de lo dispuesto, se nombra Presidente Municipal Provisional de EL PLATEADO al C. Antonio Vela21, en tanto que se convoca a elecciones extraordinarias en la Municipalidad. Debido a la situación provocada por la presencia de grupos rebeldes fanáticos, no se celebraron elecciones en el Municipio de El Plateado, con las alteraciones propias de la campaña que se seguía contra los rebeldes, siguió funcionando el Presidente Municipal en carácter provisional. En la instrucción pública, las escuelas rurales en El Plateado fueron suspendidas por la presencia constante de grupos de rebeldes fanáticos. El C. General de Brigada Don Anacleto López, Jefe de las Operaciones Militares en el Estado y el Capitán Primero de Caballería C. Antonio R. Vela, combatieron con tenacidad y energía a las gavillas de rebeldes fanáticos que han aparecido en la región de El Plateado. 19 Oficio. Archivo Crónica Municipal de El Plateado. 20 Periódico Oficial, Órgano del Gobierno del Estado. Tomo XXI, Año X, Núm. 14, Pág. 1, Zacatecas, sábado 18 de febrero de 1928. 21 Idem. Tomo XXI, Año X, Núm. 15, Pág. 1, Zacatecas, miércoles 22 de febrero de 1928. 10 Jamás fue posible levantar el acta de defunción de los 5 mártires de Guadalupe, por miedo a represalias del señor cura José Cabral. A casi 90 años de aquel suceso trágico, ciertas personas se acercan a la Crónica Municipal y pusieron a la venta tres libros de registro civil de El Plateado del año 1929, que se suponía estaban extraviados o fueron incinerados por las tropas cristeras, y que posteriormente fueron adquiridos a un precio muy alto. Uno de los libros es de nacimientos, otro de matrimonios y el tercero de defunciones. En el libro de defunciones quedó asentada en el libro 2, acta no. 34, el 08 de diciembre de 1929 el acta de defunción de Pedro Raygoza Villegas, muerte por lesiones de arma de fuego. En el libro 2, acta no. 36, el 08 de diciembre de 1929 el acta de defunción de Pedro Pérez Lamas; Antonio R. Vela, Capitán Primero de las Fuerzas Irregulares del Estado, compareció.22 No existe registro de defunción de Lorenzo Pérez, Ángel Aguayo y J. Cruz Márquez. Libro defunciones año 1929, actas 34 y 36 El fenómeno cristero se extendería por 10 años, en septiembre de 1929 se reanudo el servicio de la Agencia Fiscal y la sub-recaudación de El Plateado, con motivo de la rebelión que acaba de pasar y que estuvieron clausuradas, pero era constantemente sitiado por los cristeros. 22 libro 2, acta no. 34, el 08 de diciembre de 1929 el acta de defunción de Pedro Raygoza Villegas, Crónica Municipal. 11 La madrugada del 3 de mayo de 1934, mientras dormían, fueron asesinados Antonio R. Vela, su hija Judith y su cuñado Manuel Gálvez Pérez, con más de 50 balazos y puñaladas. Su esposa sobrevivió con 14 puñaladas. Delito: Vela era un luchador social. Se tiene registro que la última persona asesinada, fue en la noche del día 28 de marzo de 1938, sin motivo alguno, un grupo de cristeros que no se habían amnistiado, asesinaron a Humberto Márquez Macías, un joven apreciado por todos los vecinos de El Plateado, para 1939 quedaban grupos muy reducidos de cristeros y aquí se pone fin a la guerra cristera en esta municipalidad. La gran mayoría de los pobladores de El Plateado desconocen el lugar donde fueron fusilados los Mártires del Rancho de Guadalupe de aquel acontecimiento el 22 de enero de 1928, en el corredero de la Laguna El Soyate; 4 piedras de cantera, con una cruz labrada son los únicos testigos de lamentable suceso. 
Ozkar Rell ( Oscar Gutierrez).
Con la invitación del cronista de la municipalidad de Jalpa el licenciado Héctor Pascual Gómez Soto para participar en el foro del auditorio en Jalpa Zacatecas este viernes 27 a la 1pm para hablar al respecto de la Guerra Cristera que comandó mi abuelo en todas esas regiones y los motivos de su lucha, me solicitaron una vídeo conferencia en vivo pero decidimos mejor hacer una grabación de vídeo para evitar fallas de señal.
Se hablan de temas controversiales de interés muy propios de aportar y considerar.
Hice la grabación rápida para reducir el peso de la descargar del vídeo pero el mensaje es conciso.
Oscar Gz.
En resumen de los puntos que deseó destacar del vídeo son;
1- La colaboración unánime para obtener de la Universidad del UNAM los documentos clasificados del General para enriquecer mas la historia, los propósitos y sus regiones.
2- La libertad de culto fue parte de la Guerra Cristera.
3- La invitación de desentrañar y expandir mas los anales de la historia como para reconocer e identificar las raíces del Nazismo.
4- La precaución del populismo comercial y de las propagandas que generan desinformación.
5- Busquemos las libertad a través del conocimiento de la conciencia y de no confiar mas en las raíces del viejo sistema.

REGIMIENTO CRISTERO "LIBRES DE JALPA" POR HECTOR PASCUAL GOMEZ SOTO. CRONISTA DE JALPA.
INICIO dE LA CRISTIADA EN JALPA.

ESCAPANDO DE LA MUERTE

“La lucha Cristera se había generalizado en varios estados de la Republica. En  todas partes se organizaban pequeños contingentes  que se disponían a luchar contra la imposición callista, cualquier pueblo por pequeño que fuera, organizaba un frente y enviaba emisarios a la ciudad de México, para darse cuenta del movimiento armado.
         En el Municipio de Jalpa Zac. Todo estaba listo para lanzarse a la lucha. El General Gutiérrez esperaba  la señal en Tenapánico  y el Cerro del Moro, para luchar con la federación, mientras Teofilo Valdovinos merodeaba  en las cercanías de la mesa del Torreón, San Bernardo y la sierra de Morones y en la sierra de Morones.
         En el Pueblo de la Villita se reunieron los señores de la Defensa Religiosa y nombraron a José Medina, para viajar a México, gestionar todo lo concerniente al Movimiento Cristero.

         Finalizaba el año de 1926. En el Centro del País, sobre todo en los estados de Jalisco, Guanajuato y Zacatecas, se libraban feroces batallas; por un lado al grito de ¡Viva Cristo Rey!, eran contestado con el Fragor de la Metralla de los milicianos callistas.

Los cristeros sin contar con fuerte armamento, se internaron a la sierra, en una especie de Guerra de Guerrillas.

Don Jesús Medina, era un ardiente defensor de la causa y obedeciendo órdenes del General “Chema” Gutiérrez se dirigió a la  México, con el fin de informar cómo marchaba el movimiento.

Ya en la Ciudad, un individuo presento a l Sr. Medina con los jefes de la Defensa Religiosa. La reunión fue muy en secreto y tuvo lugar en las calles Isabel la Católica y Madero, a las 11 de la mañana del 15 de diciembre de 1926, en el despacho del Lic. Prieto. La Junta fue sólo entre tres personas, para no despertar sospechas.
(Esquina de la calle plateros, hoy Madero e Isabel la Católica, en donde don Jesús Medina estuvo negociando con los líderes de la Defensa Religiosa)

Don Jesús tenía órdenes  del General Gutiérrez para saber los detalles de la lucha; con que parque contaban, porque la federación no les daba un momento de tregua. Lo único que pudo conseguir  para el general, fue un poco de parque que se encontraba en Encarnación de Díaz, Jal. Y unas cuantas armas.

         Inmediatamente después de la junta, Don Jesús Medina era esperado por un Ex coronel que había luchado con Don Adolfo de la Huerta. El ex militar sugirió que aconsejara al General Gutiérrez y a  Teofilo Valdovinos para que no se movieran, porque el Sr. De la Huerta no había tenido apoyo en el exterior, lo mismo Rene Capistrán Garza no tuvo éxito en la Casa Blanca, se despidieron el ex coronel y Don Jesús después de una breve conversación.

         El Sr. Medina, con prontitud y una inmensa angustia, se dirigió a un mesón cerca de los Ferrocarriles Nacionales de México. No pudo conciliar el sueño  debido a la enorme desconfianza por el temor de ser aprehendido. En cuanto amaneciera emprendería el viaje de regreso en tren.

         El siguiente día el diario “El Universal” publico fotografías de los que se habían reunido con el Sr. Medina. Los habían aprehendido  junto con otros veinte individuos, deportándolos a las Islas Marías. Con el periódico en las manos temblorosas, se dirigió a la estación  de los Ferrocarriles Nacionales de México. Temiendo ser reconocido, se disfrazó   de fogonero, tiznándose la cara, pues era blanco.

         Cuando el emisario regresó a la Villita, era esperado con ansia por el General Gutiérrez. Al esclarecerse el día se presentaron dos hombres armados  envueltos en unas cobijas y llevaron  a don Jesús con el general que estaba a kilómetro y medio de Jalpa.
__¿Qué traes de nuevo, cómo van las cosas?
 –¡muy mal! :- y extendió el periódico  ante los asombrados ojos, mostrándole fotografías con los que había hablado,-  Por poco me pescan y me mandan a las Islas Marías.

__¡ Ni modo! Ya andamos metidos, hay que quemar hasta el último cartucho. Tenemos qué seguir hasta el triunfo.

         Don Jesús no se imaginaba en que líos se había metido por su breve gestión en México. Se había enredado en una trampa de intrigas políticas.

  

 

 

 

EL MOVIMIENTO CRISTERO EN JALPA

 En Jalpa se levantaron en armas el día 2 de enero de 1927 el señor José María Gutiérrez, ex Maderista, ex Villista y ex miembro de la defensa social de Jalpa y secundado por el señor Manuel Murillo.

         A las 12 del día, mediante astucia y engaños sorprendieron al resguardo federal, que estaban destacados en este lugar, quienes estaban muy confiados sin sospechar nada y los hicieron prisioneros, entre ellos estaba el  jefe de la defensa social, Juan Flores y su segundo D. Alejandro Oropeza, no hubo disparos ni los maltrataron.

         A las 2 de la tarde acompañado por cuatro hombres se dirigió a la presidencia municipal en donde desarmo a los demás miembros de la defensa social y de la policía recogiendo otras 22 armas largas.

         A la curiosidad de la gente del pueblo acudió a la plaza Aréchiga en donde se dio lectura al manifiesto a la nación lanzado por el lic. René Capistran Garza de la liga de la defensa de la Religión católica, aparecen otros dos levantados en armas. A las 8 de la noche llego Teofilo Valdovinos, otro ex - maderista y ex villista acompañado de 25 hombre bien montados y bien armados y municionados, acompañados por Jesús Ayala  con 42 hombres más.

         Al día siguiente destituyeron al presidente municipal y convocaron al pueblo para nombrar nuevo presidente municipal (primer presidente municipal impuesto por cristeros en toda la republica) recayendo el nombramiento al Sr. J.  Trinidad Jiménez.

         Estos cristeros tuvieron gran dominio en todo el sur de Zacatecas y gran parte de los altos de Jalisco.     

 

 

 Regimiento ‘Libres de Jalpa’:

Lo dirigió José María Gutiérrez que: “Redactó un extenso informe respecto a los tiroteos, escaramuzas y combates librados por el propio regimiento y fracciones aisladas de éste, correspondientes a los años de 1927, 1928 y 1929” ([1]).
En la revista DAVID existe una serie de artículos que se llaman: “‘Información Oficial de la Jefatura de Jalpa’. Informe general de los hechos de armas de las fuerzas de la Guardia Nacional que al mando del C. General José María Gutiérrez operaron en el sur del estado de Zacatecas. Parte que se rinde a la Liga Nacional Defensora de la Libertad Religiosa y al C. Jefe Supremo General J. Jesús Degollado’” y comienza desde noviembre de 1926 y termina el 29 de agosto de 1929 ([2]).
En el tomo VI comienza en la revista 122, pp. 22-3 (desde enero 2 de 1927 hasta octubre del mismo año); 123, pp. 40-1 (de octubre 23 a 17 de febrero de 1928); 124, pp. 57-9 (del 18 de junio de 1928 - se supone- hasta 18 de febrero de 1929). Por separado se habla del Capitán 1º Juan Yánez desde 14 de abril de 1927 a octubre 26 de 1928. De Anastasio Jáuregui y J. Jesús Avelar: de octubre de 1928 a noviembre 30 del mismo año. De Leonardo Villa desde 1927 hasta fines de marzo de 1928; 125, pp.72-5. Sigue el informe de D. Leonardo Villa de marzo 10 a abril 8. Después viene el informe del señor Eutimio Hernández de noviembre de 1927 a mayo 1º de 1928. Termina con un articulito del ‘Regimiento Libre de Jalpa’ desde el 20 de julio de 1928 a domingo 9 de septiembre de 1928. En esta última página se encuentran ‘Aclaraciones y rectificaciones al informe general de los hechos de armas del Regimiento libres de Jalpa’, por Manuel Ramírez. En el tomo VII de DAVID, núm. 150, pp. 95-7, se narran los hechos desde el 17 de noviembre de 1926 hasta noviembre 25 de 1927; 151, pp. 105-8, desde diciembre de 1927 hasta el 22 de febrero de 1929; 152, pp. 127-9, desde marzo de 1929 hasta junio de 1929 y se aclara que a principios del mes de julio de 1929: “fueron suspendidas las actividades debido a los arreglos del Gobierno de Portes Gil con la Iglesia Católica, y esperando recibir órdenes, las que no se obtuvieron hasta el día 20”. Sigue: “relación de los hechos de armas de algunas fracciones aisladas pertenecientes a la gente del Gral. Gutiérrez y que no están comprendidos en el informe general”, desde el 2 de enero de 1927, al 20 de agosto; 153, pp.140-3, sigue lo anterior hasta abril 7 de 1928. Sigue el Capitán 1º Teodoro Rodríguez desde enero 4 de 1927 a noviembre 30 del mismo año. El Capitán 1º Leonardo Villa que se levantó el 27 de septiembre de 1927 y habla también del Capitán 1º Jerónimo Montalvo del mismo escuadrón del Cap. Villa a fines de marzo de 1928. Sigue el Capitán 1º Eutimio Hernández desde el 12 de noviembre de 1927 hasta mayo 17 de 1928. Y termina con el Mayor J. Jesús Campos que formó el ‘Regimiento Sánchez Román’ en el mes de marzo de 1929, hasta junio 29 del mismo. Termina este informe con un articulito titulado ‘Anecdotario cristero’ de Aurelio R. Acevedo en la p. 142.
José María Gutiérrez se levantó el 2 de enero de 1927, con Marcial Murillo. Un antecedente fue el Sr. Teodoro Rodríguez, desde noviembre de 1926 ([3]).
José M. Gutiérrez, fue el jefe del Rgto. ‘Libres de Jalpa’; fue también ‘Sostén y defensa de la Región Sur del Estado de Zacatecas’ ([4]).
Antes era Jefe de la Liga y renunció para ser Jefe del Movimiento armado (Ibidem) a fin de que no se confundiera una cosa con otra. Se levantó el 2 de enero de 1927 ([5]).
Coronel el 22 de octubre de 1927. Es herido el 8 de agosto de 1928. Información de la Jefatura de Jalpa ([6]).
Ver, además: “Regimiento ‘Libres de Jalpa’” ([7]).
Teniente Coronel José Velasco Jefe de la Jefatura de Aguascalientes es el superior inmediato de Manuel Ramírez de Olivas. En otra parte se dice de Manuel R. “Lo que me consta es que cuando el Coronel Manuel Ramírez se hizo cargo de la jefatura de operaciones de Aguascalientes por nombramiento expreso del General Gorostieta, pasó revista en este rancho de El Gavilán a las fuerzas del teniente Coronel José Velasco y entre ellas venía el Sr. Norberto López y esa gente fue designada con el nombre de Primer Regimiento de Aguascalientes...” ([8]).
Este texto nos ofrece el dato de que ‘Luciano Valdovinos, eterno revoltoso, no tenía ambiciones políticas (p. 192) se levanta el 2 de enero de 1927 y a fines del 1927 es ya Coronel’ ([9])
        
“Breves datos del Coronel Pedro Sandoval” ([10]).
En la Brigada Anacleto González Flores se dice que: el Segundo Regimiento está al mando del Coronel Pedro Sandoval. ¿Se trata de dos actividades distintas?
El día 26 de junio de 1929, llegó una versión muy superficial de la superioridad del glorioso movimiento al coronel Sandoval de los arreglos y la orden de armisticio, pero tanto él como varios oficiales y varios soldados negativamente dijeron que no se rendían, que no podían concebir ni mucho menos admitir que habiendo sufrido tres años fuéramos a rendir las armas que habíamos quitado al gobierno exponiendo la misma vida, que era mejor morir calientes que fríos” ([11]).

LA ORGANIZACIÓN DEL SUR DE ZACATECAS:
“Hda. de Sta. Juana, Zac., Mayo 29/1929. C. General: Enrique Gorostieta Jr. Donde se encuentre:
“Muy estimado General: Al referirme a su grata del 31 de marzo último, agradezco de corazón su abrazo, el que hago extensivo a toda mi fuerza que en la actualidad es de unos 700 hombres.
“Me he informado de las circulares a que se refiere procurando obrar en todo conforme a las valiosísimas instrucciones que contienen.
“Con respecto al Gral. Arnáiz a que en otra me refiero, me permito manifestarle confidencialmente que aunque parece tener muy buenas intenciones y trabaja con mucho empeño, me parece prudente no tenerle plena confianza ni hacer que se interiorice de asuntos que por su carácter deban permanecerle ocultos ([12]).
“Admití su cooperación porque creo podremos utilizar sus servicios, pues se ve que es muy activo y de bastante prestigio militar. 
“Habiendo omitido en el oficio referente a nuestra fusión, la designación del personal con que va a trabajar el citado General; me permito hacer de su conocimiento que provisionalmente quedará a sus órdenes el grupo de Ojocaliente compuesto de 35 hombres y probablemente el de Pinos compuesto de otros tantos, ofreciendo él, en caso de separarse, hacer entrega de la gente.
“He extendido mi acción de organización al Oriente del Edo. de Zac., por acuerdo y aprobación del señor Guerrero y con el consentimiento del Centro Regional de la Liga, y en atención a instrucciones del mismo en el sentido de ampliar los trabajos lo más que se pueda; siendo ésta una de las zonas que no habían entrado en actividad he creído necesario en bien de la Causa, autorizar movimientos y darles impulso aprovechando los servicios y los buenos elementos de aquella región. Ruego a Ud. mi General, que ordene lo que a bien tenga en este asunto, y en caso de que apruebe mis actos, y siga yo entendiéndome con el Sur y Oriente del Estado, se me autorice por escrito.

“Con acuerdo del mismo Sr. Guerrero, he hecho una división de la gente a mi mando, repartiéndola en sectores del modo siguiente:

“1) El Rgto. ‘Libres de Jalpa’ al mando  del Coronel  (Teófilo) Valdovinos (Ruiz) en el cañón de Juchipila, de Apozol a la Hda. de Santiago.

“2) El Tte. Coronel Vicente Jiménez en Nochistlán y sus dependencias.

“3) El Tte. Coronel Félix Magallanes en la región de Villanueva de Tayahua a Guadalupe, Zacatecas.

“4) El Mayor J. Jesús Campos, en el cañón de Tlaltenango, hasta Estanzuela.

“5) El Mayor Luciano Estrada de Juchipila al Mezquital.

“6) Hasta ahora el capitán 1º Pedro Gallegos, en la región de Ojocaliente y Pinos. 

“Todas estas fracciones trabajan en sus respectivas regiones, o reunidas cuando así lo creo conveniente.  
“Tengo la fracción de Ojocaliente y parte de la de Villanueva, constantemente sobre la vía, habiendo logrado descarrilar dos trenes, quemar la Estación de Guadalupe, y ocasionalmente otros desperfectos. 
“Deseando entrevistarme con Ud. le suplico indicarme fecha y lugar, pues ya una vez lo intenté inútilmente. Ojalá y mejor pudiera Ud. darse una vuelta por esta región, pues yo lo estimo de grande utilidad para la Causa.
“Aprovechando la venida del C. Coronel Manuel R. Olivas le mando en estas cuantas líneas un ligero detalle del estado de cosas en esta región. Habría deseado remitir a Ud. un informe de nuestras operaciones en estos últimos meses, pero ya que la premura del tiempo no me lo permite, me reservo para otra ocasión.
“Reciba Ud. mi general, en estas cuantas líneas, las seguridades de mi subordinación y respetuoso afecto. 
“Dios nuestro Señor guarde a Ud. muchos años. José Ma. Gutiérrez.- Rúbrica” ([13]).

Más adelante, en la revista DAVID, encontramos esta misma información con algunas variantes por ser de fechas diferentes.
‘Algunas fracciones aisladas del general Gutiérrez’:

a.- El Capitán Primero Juan Yañez y Antonio Guzmán (2 de enero de 1927) ([14]).

b.- El Capitán Primero: Teodoro Rodríguez ([15]) desde enero 4 de 1927.

c.- El Capitán Primero Leonardo Villa. Se levantó el 27 de septiembre de 1927 ([16]).

d.- El Capitán Primero Eutimio Hernández. Desde noviembre 12 de 1927 ([17]).

e.- El Regimiento Sánchez Román, del Mayor J. Jesús Campos  (marzo 1929) (¿El Coronel dirige un Regimiento?) de abril 8 de 1929 a junio 29.

Y se termina con esta aclaración: “Los hechos de armas del Mayor J. Jesús Campos, anteriores al mes de marzo de 1929, fecha en que se incorporó a las fuerzas de mi mando, no están comprendidos en este informe por pertenecer en ese tiempo al Gral. Felipe Sánchez”.
Con esta nota termina el informe y se fecha el 29 de agosto de 1929 y firma José María Gutiérrez ([18]).
El grupo del Gral. Felipe Sánchez Caballero es la ‘Brigada Anacleto González Flores’.
Algunos otros datos sobre este grupo; se habla de: La Fracción: ‘El Jefe Teófilo Valdovinos con 25 hombres y J. Jesús Ayala con 42 lucharon el 2 de enero de 1927’. El Oficial Luciano Valdovinos  (hijo de Teófilo Valdovinos) muere el 17 de agosto de 1927. En este relato se habla de las ‘Soldaderas’: en Julio 28 de 1928.
‘Norberto López, Sembrador Cristero de fraternidad’. Ver en este relato ([19]), correcciones y datos sobre: Herminio Sánchez y Pedro Quintanar en Atarjeas, con el Gral. Callista Arenas. A Herminio Sánchez y Sánchez le siguió Felipe Sánchez Caballero ([20]).
Ver también: aclaraciones y rectificaciones al informe general de los hechos de armas del Regimiento Libres de Jalpa, por Manuel Ramírez de Olivas ([21]).
 DAVID, 153, VII, p. 140.
 DAVID, 153, VII, p. 141.
 DAVID, 153, VII, p. 142.
 Firmado en ‘El Gavilán, Jal., el 1º de julio de 1962,  por Claudio Vazquez, ex-         Capitán Primero. Ayudante del Coronel Manuel Ramírez’.
 DAVID, 121, VI, pp. 10-11.
 DAVID, 125, VI, p. 75.

 


TOMA JALPA GOROSTIETA

La llegada del general Goroztieta a esta región no se hizo sino estimular algunos jefes que en el mes de agosto habían atacado el Teúl de González Ortega, por tercera vez, Pedro Sandoval, “Chema” Gutiérrez y Teofilo Valdovinos tomaron Huanusco el 16 de agosto y el 17 atacaron la columna federal del Gral. Goñi quien quedo en el cambio de batalla con 43 federales.
         El 14 de septiembre de 1927,  50 hombres mandados por Goroztieta derrotaron a los federales en la mesa del Coyote , en cada campo hay 20 muertos , el 27 de octubre del mismo año los cristeros pusieron cerco a Jalpa y el 3er día los supervivientes del 75 regimiento se rindieron, fueron puestos en libertad , excepto un capitán que la había cortado la cabeza al Cristero Luciano Valdovinos muerto en el mes de agosto.
La toma de Jalpa provocó una operación del Gral. Anacleto López al mando de una columna de 800 hombre precedidos por 200 agraristas. En febrero la brigada de Anacleto Gonzáles flores y el regimiento de Chema Gutiérrez “libre de Jalpa” participaron en la toma de Moyahua, dirigida por el Gral. Goroztieta . 
   “Cuenta el señor Valenzuela que el Gral. Gorostieta después de un prolongado ataque tomo a sangre y fuego el 25 de octubre de 1927 la  población de Jalpa Mineral, ubicada en el sur del estado de Zacatecas y defendida por le escuadrón del 75 regimiento, “el que peleó con tanta bizarría propia de los mexicanos y sucumbió en circunstancias diversas y porque los cristeros estaban mandados por un verdadero técnico en guerra”.
         Precisa después que ninguno de los integrantes del contingente del gobierno pudo escapar, todos murieron, ‘otros cayeron prisioneros, otros fueron heridos  un número aproximado de sesenta cayeron prisioneros y puestos en libertad por los vencedores.
         Acepta el señor Valenzuela que algunos federales optaron por afiliarse a la partida de la cristiada entre ellos se cita un trompeta, cuyo nombre nunca se supo, pero si en cambio el apodo con que se le conocía en la tropa: “El Canelo”, y quien andando el tiempo murió combatiendo.
Después se refiere a alto concepto humano que caracterizó al General Gorostieta sobre la guerra, “sostenía que el objetivo debería de ser quebrantar la voluntad del enemigo para imponer la propia, en opción a otras escuelas en que se fijan como objetivo destruir al enemigo”, en torno al ataque y toma de Jalpa, Valenzuela dice que el asedio se prolongo por varios días  y le tocó accidentalmente, estar presente en una platica entre el Gral. Gorostieta y el entonces matón Manuel Ramírez de Oliva de San Gaspar Jal., que era su amigo y por accidente, pudiendo escuchar al general diciendo lo siguiente.
“Cada Hombre que muere en esta guerra, deja un vació en su familia y en su patria; cualesquiera que sea el bando  del que muera, la patria pierde uno de sus hijos, lamentablemente tienen que morir. Fusilando a todos  los prisioneros,  y nuestra gente tiene sed de represalias y me cuesta mucho trabajo  convencerlos y medio controlarlos, para que no imiten a nuestros adversarios, porque el gobierno a procedido con crueldad  y severidad, sacrificando culpables e inocentes y muchos de los cristeros han visto subir al caldazo a algunos de sus familiares o de sus amigos.
El Gral. Gorostieta puso libres algunos prisioneros de Jalpa. A la operación militar como subalternos del Gral. Gorostieta, asistieron el coronel José Ma. Gutiérrez,  antiguo jefe de la Defensa, valiente y honrado; el coronel Teófilo Valdovinos, maderista primero y villista después, que era entre los cristeros excesivamente popular , el mayor Eutemio Hernández ,el mayor Manuel Ramírez de Oliva, que acababa de incorporárseles y de otros más.                   
         El 3 de junio de 1927 el cristero Gildardo Silva que ostentaba el grado de capitán primero, se acerca al poblado de Jalpa, con la intención de provocara los federales, cayendo en el juego y dando como resultado una emboscada y varias bajas por los federales.

         20 de junio de 1927 al poniente de Jalpa,  una partida de cristeros comandados por el líder de los “libres de Jalpa” José Ma. Gutiérrez  (Chema) se encontraba en el rancho llamado Corral de piedra donde sorprendieron a una partida de Federales que sufrieron algunas bajas y un prisionero.
         21 de junio de 1927 el mismo grupo de Chema Gutiérrez  volvieron a perseguir a los federales dándoles alcance  y volviéndolos a derrotar, apoderándose de 14  caballos ensillados, 5 carabinas máuser y 1000 cartuchos útiles que tanta falta les hacia, por parte de los cristeros solo hubo un herido.
         El 23 de julio del 27 una columna de cristeros comandados por Chema Gutiérrez se parapeto en un lugar llamado “el reventón” en la sierra de morones  al noroeste de Jalpa y ahí se estuvieron esperando a los federales.
         25 de julio un grupo de cristeros comanda
dos por el que se hacia llamar “mayor” Santiago Magallanes, se apodero de la caballada del destacamento de Jalpa dando muerte a uno de los federales que la cuidaba.



         La lucha se inició con todo ímpetu. En la primera quincena de 1927, el Gobierno de Zacatecas mandó al General López  con un millar de Soldados  para atacar a los insurrectos, organizándose de la siguiente manera; 500 soldados subirían a la sierra de Morones  por el lado poniente con vista al Cañón de Tlaltenango. Otros 500 soldados los mando por Huanusco para atacar por el oriente, con el fin de acorralar  a los cristeros. En el lado poniente de la sierra de Morones, Teofilo Valdovinos, con pocos soldados, pero bien ubicados, esperaba en la ceja de la serranía a los soldados del Gobierno, que subían muy confiados  de vencer al enemigo.

         Ya cuando los tenían cerca, a una señal de Teofilo Valdovinos, empezó el tiroteo con desventaja para los militares, que iban subiendo sin ninguna defensa. Fue una espantosa carnicería en que por el lado contrario, hubo cientos de muertos, igual que muchos caballos. Por parte de los Cristeros, solo unos pocos heridos.

El General Cristero Gutiérrez presento una batalla efectiva y se traslado a la mesa del maguey, luego a la mesa del Torreón  reuniéndose con Teófilo. Poco después, el gobierno emprendió otro nuevo ataque, pues había quedado entre dicho si estrategia.        

Teófilo Valdovinos era audaz: Tenía la sagacidad de un político y la estrategia de un militar, la tenacidad de un guerrillero.
En el siguiente combate, estando en la piedra de la campana, no sabía por dónde avanzar el enemigo. Mando a la mesa de la campana a un individuo   a caballo en pelo; como si fuese cualquier   campesino para ver que divisaba. Inmediatamente volvió avisando a Teófilo que cientos de soldados se dirigían a donde él estaba por el arroyo del agua Zarca. Este, que apenas si contaba con 40 hombres no muy bien armados, inmediatamente se escapó internándose en los recovecos del Pinito. Allí presentó un liguero combate y huyó a la serranía.
Gutiérrez  era  perseguido donde estaba afortinado en la Mesa del Torreón.   Gran parte de la Federación había  atravesado San Bernardo y se dirigía cuesta arriba, mientras que otra parte subía por el Zapote, tratando de acorralar a los cristeros, pues era sabido que contaba con reducido número de voluntarios. Además   estaban mal armados y con escaso parque. El general Gutiérrez inicio la lucha de un modo ventajoso. En su primer encuentro causó unas cuantas bajas al enemigo, luego se refugiaron en la serranía.
La lucha se había extendido por todo el municipio de Jalpa Zacatecas, el gobierno obligo a todas las familias reconcentrarse en dicho poblado. Las cosas eran cada día más difíciles para la gente pacífica a tal grado llegaron las cosas que hasta una epidemia se desato en la población.
Aunque el viaje de Don Jesús Medina había sido secreto, trascendió a las esferas oficiales y el gobierno municipal sabía perfectamente su  filiación. El cuadro no podía ser más desolador, por las noches en los ranchos se oía aullar de los perros. Los Animales se encontraban solos, como únicos guardianes de los solares vacíos. Únicamente se oía el silbido de las balas entre la federación y los Cristeros.


[1] DEL CAMPO, Xorge. Diccionario Ilustrado de Narradores Cristeros. Editorial Amate. Zapopan, Jalisco. 2004, p. 64.


[3] DAVID, 153, VII, p. 140.
[4] DAVID, 36, II, p. 190.
[5] DAVID, 150, VII, p. 95.
[6] DAVID, VI, pp. 22-40-57-72.
[7] DAVID, 101, V, p.77: resumen de los hechos del 20 de julio de 1928 al 8 de          septiembre de 1928.
[8] DAVID, 121, VI, p. 10
[9] DAVID, 36, II, p. 190-3.
[10] DAVID, 108, V, p. 186-7.
[11] DAVID; 108, V, p. 186-7.
[12] Ver: DAVID, 150, VII, pp. 86-7, que tiene por título ‘Los renovadores        (escobaristas)’, carta con fecha del 25 de mayo de 1929, del Gral. José Ma.         Gutiérrez, sobre el C. General Ramón B. Arnaiz. Ver también la foto de la p.          87.
[13] DAVID, 150, VII,  pp. 86-7.
[14] DAVID, 152, VII, pp. 128-9.
[15] DAVID, 153, VII, p. 140.
[16] DAVID, 153, VII, p. 140.
[17] DAVID, 153, VII, p. 141.
[18] DAVID, 153, VII, p. 142.
[19] Firmado en ‘El Gavilán, Jal., el 1º de julio de 1962,  por Claudio Vazquez, ex-        Capitán Primero. Ayudante del Coronel Manuel Ramírez’.
[20] DAVID, 121, VI, pp. 10-11.

SIMON SOLIS

   TEOFILO VALDOVINOS
 

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